El demonio neón
La joven Jesse (Elle Fanning) ha
llegado a la ciudad de Los Ángeles para convertirse en modelo. Ha entrado en la
carrera por ser parte de la mejor agencia, por trabajar con los mejores
fotógrafos y diseñadores, pero sobre todo en la competencia feroz con otras
chicas que, naturalmente, la envidian. Referida como un pequeño ciervo, Jesse
apenas interactúa con las chicas del medio que la rodean –a explotar de rabia y
atraídas inevitablemente a ella, como todos los personajes en la cinta–,
actitud que provoca en muchas querer hacerse daño a sí mismas, como queriendo
destruirse por no ser dignas de la belleza. “El que es bello es amado y el que
no es bello no es amado” escribió Teognis. Otras más osadas querrán hacer suya
esa belleza de la única manera que consideran posible: desde dentro.
Nicolas Winding Refn dirige The neon demon (2016), un drama sobre el
poder de la belleza y lo femenino que
muestra el mundo de la moda y el modelaje como un espacio para el
ritual. Esta cinta de estilo lynchiano cuenta con sus propias brujas muy
parecidas a las que ofrecían manzanas envenenadas o a la diosa Afrodita, locas
de celos porque nunca soportaron que hubiese belleza mayor que la suya. En ese
sentido The neon demon asemeja un
cuento de hadas donde, como lo hemos visto antes, la protagonista no es tan
indefensa como parece.
Winding Refn ha hecho del rosado
intenso un motivo en su película, al igual que el uso de la cámara lenta lo es
en su filmografía. Aquí de nuevo se usa para ver a Jesse ser cubierta en
pintura dorada y capturada por el lente del fotógrafo más codiciado, o para ver
una suerte de aquelarre más adelante en el filme, uno con el erotismo maléfico
de aquella escena vampiresca de Sarandon y Deneuve en The hunger. Iluminadas como una sesión de fotos, las escenas en las
cuales Jesse aparece únicamente para ser observada son de las más atractivas
visualmente en la película. La música electrónica también reaparece para
acompañar esta coreografía de poses y flashes, muchas veces en planos con
fondos geométricos o imágenes caleidoscópicas sofisticadas llenas de colores
brillantes. El plano inicial muestra a Jesse tendida sobre un mueble como Jesús
en La Piedad, anticipando el carácter
litúrgico pero a la vez pagano y tribal de lo que está por venir.
Si bien la belleza suspende el
tiempo y lleva a la fe, también es hermana de la muerte, y puede llevar a la
locura. Y como todo ángel es terrible, Winding Refn hace parecer a Jesse flotar
como uno en una de las escenas hacia el final de la cinta. En The neon demon la belleza es una fuerza
bestial peligrosísima que aniquila lo que esté a su alrededor. Y como ella la
película está –como corresponde– enamorada de sí misma.
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